Con apenas unas horas de sueño, volvemos a coger los prismáticos y a seguir la senda del turismo ornitológico. A través de un paisaje, muy diferente al de las selvas de la sierra de Francia, discurre este nuevo sendero que nos lleva desde Nava de Sotrobal hasta el Monte Araúzo.
|
Nos fuimos reuniendo en la plaza del pueblo |
Los paisajes abiertos de la llanura castellana nos fueron regalando muchas pequeñas observaciones. Dentro del propio casco urbano, el mismo viento que curtía nuestra cara y arrastraba enormes frentes de tormentas, mantenía a gorriones chillones, estorninos negros y golondrinas pegados a los tejados. Privados de la protección que ofrecían los edificios, los pajarillos de los campos abiertos se escondían entre la rala vegetación.
|
paloma torcaz |
Una desorientada curruca carrasqueña, apenas se dejó ver entre la seca cuneta de cardos.
|
A la salido del pueblo, mirando la curruca carrasqueña |
|
Curruca carrasqueña sedimentada por el mal tiempo en un sitio poco habitual |
Otros pajarillos, como las recién llegadas lavanderas boyeras o las pardas cogujadas comunes, bien hicieron en permanecer escondidas. Sin esperar verlo a estas alturas del año, un agilísimo macho de esmerejón surgió de la nada para levantar hasta el último pajarillo. El viento, la lluvia y el frío de estos días, quizá le hayan recordado los familiares paisajes nórdicos donde nació y le hayan animado, a seguir unos días más entre nosotros. Arrastrado por el vendaval, y sin una sola pluma en el pico, desapareció tan rápido como llego.
|
Tarabilla, con un ojo atenta al paso del esmerejón...por la cuenta que le tiene |
Recordando el paraíso para las aves, que en su día fueron las someras lagunas temporales que en Castilla llamamos Lavajos, varias graveras abandonadas refugiaban bandos de ánades reales y frisos y a unas pocas parejas de elegantes y frágiles cigüeñuelas. El vuelo bajo del aguilucho lagunero, levantó a los nerviosos patos y nos regaló el espectáculo de sus vuelos velocísimos.
Sobrevolando el bosque de ribera y el cercano monte de encinas, varios milanos reales y negros y algún ratonero común, rozaban las copas para protegerse del mismo viento y tratar de sorprender a alguna presa despistada. Éste mismo bosque del río Almar, nos llevó hasta la parte final de nuestra ruta. Con el abrigo de los árboles, nos pudimos relajar y disfrutar de las muchas aves de esta finca. Al calor del sol que por fin apareció entre las nubes, los cernícalos primillas tuvieron la oportunidad de calentarse y empezar a cazar.
|
Águila calzada |
|
Cernícalo primilla |
Con sus cernidos y algunos rápidos picados, fueron capturando los insectos que le sirven de alimento. Con luz intensa y con la ayuda de nuestro telescopio, pudimos disfrutar del vivo color de los machos de esta pequeña rapaz. También las águilas calzadas parecieron animarse a volar con este descanso en la tormenta. En estos primeros días de su época de cría, estas viajeras y valientes águilas, marcan sus áreas de cría con chillidos y cortos picados. Impulsadas por el viento, se elevan sin esfuerzo entre los altos álamos donde esconden su nido.
|
Al sol y al resguardo, ya se estaba mejor... |
|
Pudimos disfrutar del telescopio para ver primeros planos |
Cerca de ellas, las garzas reales y las cigüeñas blancas se esfuerzan en sacar adelante a sus pollos. Con sus afilados picos, no dudaran en defender sus nidos de los milanos negros que pululan, falsamente distraídos sobre la colonia, y que no dudaran en robar en un descuido, la comida que pueda haber en alguno de estos enormes nidos.
|
nidos de garza ocupados |
|
En el centro del pino, arriba, se ve otra pareja de garzas... |
En el camino de vuelta al pueblo, nos volvimos a encontrar con muchos de los protagonistas de la mañana y con varias sorpresas. Sobre un paisaje de eternos campos de cereal verde, aparecieron el colorido macho del aguilucho lagunero y el vuelo de mariposa, del azulado macho del aguilucho cenizo. Mecidos por el viento y sin apenas esfuerzo, patrullaban a ras de suelo en busca de los topillos que les sirven de sustento y con los que alimentarán las polladas que ocultan celosamente entre el cereal, y que son el objetivo de la Campaña Aguilucho que desde SEO-Salamanca llevamos varios años desarrollando para salvar de las cosechadoras los nidos de estas amenazadas aves.
|
la parte negativa de la ruta, la puso este apoyo |
|
Con un milano real como "premio" |
Un café caliente cerró con buen sabor de boca este sendero ornitológico.
|
Y eso que el nombre daba que pensar... |
Las desconocidas y sorprendentes dehesas entre Mozarbez y Terradillos, serán nuestro destino para el domingo 6 de mayo.
Y no te olvides de la avutarda y el cuco que poquitas veces se deja ver tan bien como lo vimos ;-)
ResponderEliminarSi, y algún otro mas que se olvida...para el tiempo que daba, resultó un muy buen paseo. Gracias por venir ;)
ResponderEliminarSaludos
Vicente