martes, 13 de diciembre de 2011

Paseo Ornitológico por Rágama

Este nuevo Paseo Ornitológico del proyecto TRINO, el primero del grupo de acción local NORDESTE, nos lleva hasta las llanuras de Rágama, en la ZEPA de Tierras de Campiña. En esta ocasión nuestro objetivo era observar las aves esteparias de estos campos cerealistas y a las aves acuáticas que pasan el invierno en el lavajo de Los Lavajares.
Aspecto desde el alto de la seca laguna de los Lavajares
Los lavajos es el nombre que reciben en Castilla y León, las lagunas esteparias y someras que se forman gracias a las lluvias del otoño y el invierno. Estas lagunas se localizan, mejor dicho, se localizaban, en puntos donde el nivel freático era más superficial. La sobreexplotación de estos acuíferos ha provocado su hundimiento y la desaparición de todo un ecosistema de pequeños arroyos y lagunas, con sus bosques de ribera, y de toda la fauna forestal y acuática que en ellos se refugiaba.
Este lluvioso Paseo nos llevó desde la localidad de Rágama, hasta la laguna de Los Lavajares, por un camino que nos permitió observar las aves esteparias que ocupan estos extenso campos de cereal. La lluvia y el viento no desanimaron a  nuestro pequeño, pero más que interesado grupo. En las 4 horas que compartimos juntos, no hubo apenas un momento de silencio.
Lavandera blanca, una de las especies que pudimos ver
La primera de las paradas la tuvimos a las afueras del pueblo, en la ribera del río Regamón, que aunque seco, la mayor parte del año, sigue disponiendo de una alta alameda. El tiempo adverso dificultó mucho la observación de las aves que habitualmente revolotean por la arboleda. Pitos reales, mitos, búhos chicos y el resto de las aves ribereñas, bastante tenían con no salir disparados con las rachas de viento.
Un día nublado y lluvioso en todo el recorrido del paseo
En el corto camino que recorrimos no aparecieron muchas de las aves esperadas. Apenas alguna lavandera blanca, un colirrojo tizón, unas cogujadas comunes y pequeños bandos de alondras asustadas a nuestro paso. Afortunadamente, la paciencia y 10 prismáticos buscando, cumplieron con las expectativas descubriendo casi todos los tesoros que las llanuras castellanas pueden ofrecernos. De todas las aves que se pueden esperar ver en la zona, fue la ortega la que más ilusión nos despertó. Pocas o ninguna esperanza teníamos de observarlas.
localizando un gran bando de avutardas
Muchas veces se habla de la desaparición del águila imperial o de la cigüeña negra, pero pocas veces nos acordamos de otras aves, más modestas y que sufren un proceso de desaparición mucho más dramático que el de otras aves que sí han conseguido recibir atención. Cuando menos lo esperábamos, pudimos descubrir el vuelo velocísimo e inconfundible de estas pequeñas aves. Con mucha emoción, pudimos contar hasta 11 aves, que pueden no parecer muchas, pero son 11 más de las que hemos visto en Salamanca en mucho tiempo. A puro placer las pudimos ver volando y posadas. Con la ayuda de los empañados telescopios nos deleitamos con sus delicados pasos sobre los duros terrones. La mancha negra de su musculoso pecho, destacaba sobre el pardo entorno. Tan cerca estaban que pudimos mostrar a los asistentes las manchas en el cuello que diferencian a los machos de las hembras. ¡Hasta las pudimos escuchar!. Todo un placer fue volver a escuchar ese reclamo tan característico hasta no hace mucho, y que recuerda a un niño haciendo pompas de jabón.
Viendo las ortegas en la guía

 Otra de las joyas de la fauna esteparia que tienen aquí, uno de sus últimos refugios en Salamanca, son las enormes avutardas. Varios bandos de estas majestuosas aves ocupan los campos que rodean la seca laguna de los Lavajares. En su búsqueda de alimento, comparten las rastrojeras de maíz con las ovejas del pastor, otra especie en peligro de extinción.
Aprovechamos el momento de estar parados, para tomarnos un café calentito que habíamos llevado en un termo, acompañado de unas perronillas, para así engañar al frío.
Tomando un café, mientras no paraba de llover
Y si antes hablábamos de las joyas de la avifauna ibérica, ¿qué ave puede representar mejor que ninguna otra el lado más salvaje y frágil de nuestro país sino el águila imperial?. Observando la llegada de las palomas torcaces a la chopera que les sirve de dormidero, una dorada y majestuosa ave inmadura se posó en un árbol cercano, doblando hasta casi tronchar, la rama desde la que dominaba el ir y venir de las palomas y las cornejas que por allí se concentraban. La emoción de volver a ver, después de tanto tiempo, a las bonitas ortegas, nos hizo despistarnos y perder el vuelo de la reina de los cielos ibéricos.
Una de las escasas choperas que sobreviven en la zona
Otra de las aves que invernan por la zona son las grullas. Las rastrojeras de maíz son la base de la alimentación de las, más o menos, 1000 grullas que forman este pequeño núcleo de invernada que se mueve entre Salamanca y Ávila. La sequía que mantiene secos los lavajos de la zona, las obliga a dormir en los campos de cultivo de la zona, en lugar de hacerlo “con los pies mojados”, como a ellas les gusta. Dormir sobre el agua las ayuda a descubrir la llegada de sus posibles depredadores, cuando lobos y perros chapotean sin querer, descubriendo sus pasos furtivos. En esta ocasión no tuvimos mucha suerte y fueron poca las que se dejaron ver. Apenas 50 aves y a mucha distancia. El intenso viento no nos dejó escuchar sus trompeteos característicos y que tanta vida dan a estos sombríos paisajes invernales.
El viento que no cesaba, también dificultó la observación de las rapaces típicas de estos campos abiertos. Milanos reales, ratoneros, aguiluchos laguneros y pálidos, esmerejones y cernícalos volaban con grandes dificultades y a apenas un palmo del suelo, buscando la protección del viento de las suaves lomas y hondonadas.
Iglesia entre la niebla
Iglesia en la noche, al finalizar el paseo

La hospitalidad de José Luis, concejal del ayuntamiento, y del resto de participantes del Paseo que eran del pueblo, nos permitió visitar el interior de la espléndida iglesia del Salvador. Un café caliente en uno de los bares del pueblo, nos permitió entrar en calor y comentar en grupo, todos los recuerdos que nos llevamos de este lluvioso y frío día, que resultó un espléndido día de campo y pajareo.


4 comentarios:

  1. Una pena no haberos conocido antes, soy de un pueblo de al lado de Rágama y un enamorado de las aves en general, y con mucho gusto os habría acompañado. La proxima vez será...

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  2. Vaya, pues es una pena.
    puedes seguirnos en facebook:
    http://www.facebook.com/pages/IberiaBird-Medioambiente/114041258703927
    Allí avisamos de todas las salidas que hacemos.

    Gracias por seguirnos

    Vicente

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  3. Gracias Vicente, estaré atento para la próxima.

    Un saludo.

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  4. Gran salida y con buenisimas especies, aver si los agricultores van poniendo mas setos y chopos!!
    Saludos camperos.

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