miércoles, 28 de noviembre de 2012

Visitantes invernales del norte de Europa I.



Con la llegada del invierno llegan desde Europa multitud de pequeñas aves huyendo del frío que congela el suelo y les impide poder acceder al alimento.
Uno de esos pajarillos que alegra nuestros campos durante estos meses grises y heladores, es la Lavandera enlutada que, en realidad, es la subespecie de las islas británicas de la familiar Lavandera blanca.
Como el propio nombre indica, estos ejemplares son claramente más oscuros que nuestras grises aves. Si nuestra lavandera tiene una espalda de un gris brillante, la enlutada, tiene un manto tan negro como su capirote, extendiéndose a las alas y zonas cercanas del cuerpo.  
La espalda gris típica de nuestra residente Lavandera blanca (Foto: Miguel Rouco)



El manto negro que luce la británica Lavandera enlutada (Foto: Miguel Rouco).

Cualquier parque de nuestras ciudades y pueblos le sirve para buscar insectos o pequeñas migas de pan con las que pasar los duros meses del “suave” invierno español. 
En su día a día coincidirá con nuestras sedentarias Lavanderas blancas que, también, reciben numerosos migrantes europeos. Junto a ellas, compartirán las orillas de los ríos, las plazas de muchas ciudades y las arboledas que les sirven de dormidero colectivo.
Su aspecto blanquinegro, el movimiento incansable del balancín de su cola y su corretear nervioso la hacen inconfundible y preciosa.

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