jueves, 21 de agosto de 2014

EL AMIGO AFRICANO DE LOS AGRICULTORES

El elanio común o azul hace tiempo que ha dejado de ser una novedad en los campos de Europa. Dando el salto desde la Madre África a la península Ibérica, ha llegado para quedarse en unos paisajes que cada día se parecen más a las sabanas africanas de las que procede. Mucho ha ganado nuestra Naturaleza con la llegada de estos viajeros bellísimos. Si los amantes de la Naturaleza nos hemos enamorado de sus exóticos ojos rojos y de su vuelo tan luminoso como aparatoso, los agricultores deberían considerar, a esta rapaz que tiene en los ratones y topillos la mayor parte de su alimentación, como un formidable aliado de sus cosechas. Muchos son los cientos de roedores que consumen cada año. Completamente gratis y sin dañar la vida con el uso de venenos y la quema de rastrojos y lindes, los elanios sacan adelante a sus nidadas con auténticas pilas de roedores.

Los roedores son la base de su alimentación (Foto: Miguel Rouco)

En el caso de esta fogosa pareja salmantina, cuando ya pensábamos que este año no se iban a animar a criar, nos han sorprendido con una puesta tardía que está a punto de regalarnos una nueva generación de jóvenes de ojos apagados y dorso cubierto de “escamas blancas”.

 
El "escamado" de su dorso y su ojo pardusco diferencia a los jóvenes de los relucientes padres (Foto: Miguel Rouco)

Para atrapar a sus presas los elanios recurren, principalmente, a los cernidos que repiten infatigablemente sobre lindes y pastizales. Literalmente colgados del cielo y sin necesitar de árboles para lanzarse a por sus presas, esta hábil e inteligente técnica de caza les ha permitido colonizar espacios deforestados (los más humanizados y ocupados por los topillos) donde aves de mayor tamaño como el ratonero, también gran consumidor de roedores, tienen más problemas para poder alimentarse. Coinciden en técnica y dieta con los muchos más abundantes cernícalos vulgares y primillas. A corta distancia resulta muy fácil separarlos gracias a los colores parduscos y a la mayor longitud de las colas de los chillones cernícalos. Si la distancia no permite distinguir el perfil colicorto y la coloración general blancuzca, con amplias manchas negras en las puntas de las alas de los elanios, el ritmo del aleteo de los cernidos puede ser de gran ayuda. Si los cernícalos parecen tener sólo “dos velocidades”, aleteo rápido o alas completamente inmóviles, nuestros protagonistas tienen un batido mucho más aparatoso, combinando ágiles aleteos con golpes espasmódicos en los que sus alas parecen apunto de pararse.

En vuelo los elanios parecen un  cruce caprichoso de cernícalo y gaviota (Foto: Miguel Rouco)

En uno de sus posaderos se acumulan decenas de egagrópilas (volutas con los pelos y huesos indigeribles de sus presas) y hasta la cascara de unos de los huevos de su nido.

Un abrazo y nos vemos en el campo.

1 comentario:

  1. Yo los he visto cazar cuando los pollos ya están grandes una media de 6-7 topillos en tan solo una hora. Y asçí varias mañanas seguidas. Una pasada. Solo hay que multiplicar por número de días, por dos puestas anuales en según qué años, y por el número de parejas existentes para darse cuenta que el control biológico es más efectivo que el envenenamiento:

    http://homofotografia.blogspot.com.es/search/label/Elanio%20azul

    Sin duda un animal espectacular.

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