miércoles, 26 de octubre de 2011

Pajareando por Las Quilamas

¡Al fin las lluvias!. Después de más de 5 largos meses de sequía y altas temperaturas, la primera borrasca del año ha dejado algo de agua en nuestros resecos campos. Las ganas de volver a oler la humedad y de respirar aire fresco me llevan a la sierra de las Quilamas, una de las joyas naturales de Salamanca.


Charco en un camino. Por la vegetación presente, es lo habitual
En esta ocasión, decido recorrer la zona occidental de la sierra, una de las zonas menos transitadas por los turistas, pero más castigadas por los trabajos forestales que han despojado a la sierra de sus antiguos bosques, por una sucesión de hileras de pinos en disposición militar. El  único interés que encontré al caminar entre estas repoblaciones, se redujo al puro placer de volver a disfrutar del otoño que parecía que nunca iba a llegar. 


Aspecto otoñal

 
La sucesión de pinares, casi todos jóvenes, y de matorral  bajo en las zonas deforestadas, apenas me ofreció nada interesante que observar. El color dorado del otoño, en las zonas donde los ingenieros no han logrado someter a fuerza de escavadoras la vida, aporta un tono de color y de vida en este paisaje arrasado. Carboneros garrapinos y herrerillos capuchinos en los pinares y currucas rabilargas y acentores comunes en los brezales, fueron todas mis modestas  observaciones en este primer tramo de la ruta.

Riscos tras la niebla

El intenso viento del sur que silbaba por toda la sierra y las nubes bajas, que por momentos ocultaban las laderas, ofrecían un espectáculo increíble con los vuelos fantasmagóricos de los buitres leonados y negros. Arrastrados por el viento, aparecían y desaparecían entre las oscuras nubes que apenas dejaron unas gotas de lluvia.

Valle de las Quilamas
Al llegar al collado, las nubes se fueron elevando y me permitieron disfrutar de la vista espectacular del valle de Las Quilamas. Como un secreto que se desvelaba ante mis ojos, el valle fue despejándose y pude ver su sucesión de riscos, manchas de monte mediterráneo y enormes canchales que caen desde las altas crestas cubriendo las laderas. Como un milagro de la naturaleza, los alcornoques y encinas surgen de entre las rocas, dando asiento a los inmensos nidos del buitre negro, joya ornitológica de esta sierra.
Caídos de entre las nubes, van apareciendo las parejas de buitre negro, para dar rienda suelta a sus vuelos de cortejo. El largo periodo de cría de esta especie, obliga a adelantar sus amoríos a estas fechas tan tempraneras. Apenas ha volado el negro pollo del nido, los adultos se ven obligados a retomar su ciclo reproductor para dar una oportunidad a su único pollo para que pueda volar y coger experiencia, antes de que la llegada del invierno, le prive de la comida que necesita para sobrevivir. Los solitarios vuelos de las parejas de este gigante, nos cuentan que el ciclo de la vida no puede permitirse parar, ni siquiera durante la estación más adversa.
Vista del Campo Charro desde la Sierra de las Quilamas
Con la apertura del día, poco a poco, fueron descubriéndose algunos de los tesoros de esta sierra mágica. Como un relámpago, el macho de la pareja de águila real que domina estas tierras, surge de entre las nubes. Aplastado contra la ladera por el intenso viento, sale del valle para perderse sobre la dehesa del Campo Charro. Aún quedan varios meses para que comience su periodo reproductor la reina de estos cielos serranos. Con la llegada del nuevo año, retomará sus vuelos acrobáticos, reclamando la posesión de estos valles.
Descortezamiento provocado por los ciervos
Las nubes que se abrazan a las laderas, parecen querer ocultar el cielo que hasta hace pocas semanas surcaban cigüeñas negras y alimoches. Sus siluetas estivales han sido sustituidas para las del norteño milano real y por los vuelos kamikaces de los pequeños gavilanes, recién llegados desde los bosques del centro y norte de Europa. El coro de cantos primaverales que llenaba de música estos paisajes, se ha convertido en monótonas llamadas de bisbitas y alondras que buscan refugio frente al azote del viento entre los ralos brezales y escobonales.
Castillo de las Quilamas


Una de la sorpresas del día me la dieron dos garcetas comunes posadas en el collado que da paso a Quilamas. Probablemente, el intenso viento las obligó a tomar tierra y a descansar antes de retomar su viaje hacía no se sabe dónde. La pertinaz sequía que seca ríos y charcas, está obligando a muchas aves acuáticas a realizar largos y costosos desplazamientos en busca de alimento y refugio. ¡Mucha suerte!. 
Restos de sapo depredado. Al llegar la lluvia y salir de su escondrijo, no tuvo suerte

Sin tener la majestuosidad del buitre negro y del águila real, podemos encontrar numerosos pájaros en las cercanías de cualquier población. En los alrededores del pueblo que sirvió de inicio de mi ruta, se alternan pequeños huertos y aislados bosquetes de castaños y robles. En los prados que antes servían para el pasto del ganado, ahora sobresalen solitarios cerezos. Las antiguas callejas que comunicaban los pequeños pueblos de la sierra de Las Quilamas con, los no mucho mayores, de la sierra de Francia, están cegadas por muros de zarzas repletas de jugosas moras y del ir y venir de los pajarillos. 
Orlas de zarzas en los caminos que recorrimos

Zorzales comunes y charlos, picogordos, petirrojos, bandos de pinzones y escribanos soteños, alondras comunes en los pastizales, picos picapinos trepando por los troncos muertos de gigantescos castaños, agateadores escondidos en la maraña del bosque protector o los cascarrabias herrerillos comunes son solo algunos de los muchos pájaros que se acercan a nosotros.
Puesta de mantis religiosa
Colocar en nuestro jardín un comedero con pipas o con un poco de pan, puede salvar la vida de muchos de ellos durante los largos meses de hambre y frío que se avecinan. Con sus cantos y sus vuelos alegrarán nuestros paisajes, devolviéndonos el favor.

En definitiva un precioso día, disfrutando con todas las aves que nos acompañaron en nuestro camino y ,deseando, que la lluvia vuelva a llenar de vida nuestros campos.

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